jueves, 12 de enero de 2017

La Reconexión

Sanación Reconectiva
 
fragmentos del libro
La reconexión
Lo más poderoso que puedes hacer para cambiar el mundo es cambiar tus propias creencias sobre la naturaleza de la vida, la gente y la realidad hacia algo más positivo... y actuar en consecuencia. - Visualización creativa 13 – Shakti Gawain
 
TÚ ERES TU INSTRUMENTO
 
Ya has desarrollado la habilidad para reconocer cuándo la energía reco-nectiva está fluyendo a través de ti. Sabes cómo reconocer los registros, estás familiarizado con «sentir» la energía alrededor del cuerpo de tu paciente y te sientes cómodo jugando con ella y dejando que lo que tenga que ocurrir, ocurra.
En otras palabras, estás preparado para ayudar a alguien en su sana-ción.
 
Recuerda, tu meta principal en una sesión de Sanación Reconectiva es quitarte de en medio. Cuando tu cuerpo continúa en su cambio y transporta las nuevas frecuencias, y después de que hayas desarrollado cierta familiaridad con la retroalimentación que es parte del uso de estas energías, verás que todo se pone en su sitio. Aún así, deberás cultivar una cierta perspectiva antes de que
comiences a trabajar con otros seres humanos. Después de todo, ahora que le has dado una patada a la dependencia de tu viejo «juguete sanador», el único «instrumento» que utilizarás para este tipo de sanación eres tú.
 
PALABRAS PARA SANAR
 
MANTENTE EN LA ADMIRACIÓN.
 
¿Cómo puedes mantenerte en la admiración? Siendo como un niño. Viendo todo con ojos nuevos. No siendo demasiado rápido para creer que comprendes lo que estás presenciando. La comprensión que presumes se parece a una explicación superficial que se te trasmite a través de incontables filtros e interpretaciones erróneas, dejándola débil, aguada y sin sustancia. Que sepas que tu única conexión a esta perspectiva, que nadie puede cortar, es tu
habilidad para decir: «No lo sé». Con esto, tienes la facultad de ver todo con genuina admiración.
¿Recuerdas el regalo de ser como un niño y tener admiración por todo?
¡Recuerda ese regalo!
El regalo de estar sobrecogido, de ver todo con una genuina sorpresa, da a tu admiración la pureza cristalina de la infancia, una condición inherente a Dios.
Suaviza tu deseo de diagnosticar, de explicar, de intentar, de hacer, de forzar, de empujar, de esforzarte. E incluso alivia tu necesidad de reconocimiento.
¿Recuerdas ahora ese regalo?
Es hora de que tengas tu corazón, mente e intenciones en orden. Se trata de que formes parte de la ecuación de la sanación
 
 
 
 
Esto es lo que suelo decirles: «Pase. Acuéstese, cierre los ojos. Deje flotar su cuerpo, sin quedarse dormido. Créame que quienquiera que oiga sus pensamientos y rezos ya los ha escuchado. No sólo han escuchado lo que esté pidiendo sino que también han escuchado lo que no ha pensado pedir. Lo saben todo. Incluso antes de que entrara aquí. Así que deje de hablar, pare su parloteo mental, y sólo escuche; deje que el universo le traiga lo que decida que usted necesita. Simplemente acuéstese aquí y esté tan abierto a experimentar nada como a experimentar algo. En esa apertura, llegará su experiencia».
 
No es un consejo fácil de seguir para mucha gente, pero es el mejor consejo que puedes darles. Con suerte, se dejarán ir y se acostarán sin expectativa. Es deseable para ellos estar en un estado de expectación, abiertos a recibir algo.
El equilibrio está en no pasar a un estado de expectativa, en el que su atención recae sobre el resultado exacto que desean. Uno, porque eso puede no ser lo que realmente necesitan, o lo que el universo tiene en mente para el propio interés de ellos; y dos, fijar expectativas puede estrechar, limitar o recolocar lo que podría ser su camino
Asimismo, de ti depende estar receptivo y sin juzgar, o esperar y ser parte de lo que va a ocurrir, sea lo que sea. Esperar es una forma de «escuchar con el espíritu». Esperas hasta que llega la energía. Que es lo que sucede. Y de repente, fluye a través del paciente y se conecta contigo, a través de ti, y alrededor de ti.
No nos corresponde determinar qué tipo de sanación necesita experimentar la persona. Nuestra labor es ofrecernos como parte de la ecuación y dejar que la sanación tome su forma natural.Como parte del enfoque sin enjuiciamiento que he descrito anteriormente, generalmente no me aferró al problema específico que trae el paciente. Les dejo hablar sobre eso hasta cierto punto porque les ayuda a sentirse vinculados conmigo, algo que puede ser importante. Pero la ver-dad es que, tanto si sabes o no lo que está mal en el paciente, él va a experimentar la misma sanación.
Creo que hay una inteligencia en el universo que está involucrada en esto, una inteligencia más allá de la tuya o la mía, para que la sanación apropiada se manifieste por sí misma.
Eric Pearl
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