jueves, 12 de enero de 2017

La vida de René Mey

René Mey es francés, humanista, hombre de paz, sin ninguna afiliación política o religiosa. Su elevado desarrollo espiritual hace que hoy varios países (Costa de Marfil, Canadá, Rusia, Suiza, etc.) lo inviten a dar conferencias y consultas gratuitas para la gente. En consultas gratuitas, René Mey puede recibir más de 500 personas al día - a veces hasta las dos o tres de la mañana. Durante estas consultas, René Mey toma las manos de cada persona y, gracias a sus “facultades“, los ayuda a resolver todo tipo de problemas. La persona puede también hacerle cualquier tipo de pregunta. Además de su actividad de conferencias y consultas, René Mey a través de su fundación hace construir dispensarios en lugares muy pobres donde la gente puede recibir cuidados gratuitos, escuelas especializadas y albergues (Madagascar, Costa de Marfil, proyectos en Sri Lanka, México, etc.).
Debido a que ha sido tan exitoso en ayudar a los demás y también por su lado apolítico, por primera vez en la historia, un país - Costa de Marfil - pidió su asesoría a nivel gubernamental.
Desde niño René Mey tiene recuerdos de donde estuvo antes de nacer, de su nacimiento, ve la presencia de seres de Luz que lo acompañan, logra ver a través de las personas etc. Siendo adolescente aprendió mucho de los misterios y secretos de la vida a partir de matemáticas que había traído de “Allá-Arriba“. René Mey también ha dedicado muchos años de su vida en hospitales con personas enfermas de sida. Luego, una etapa clave de su desarrollo espiritual fue la meditación profunda. Sin tomar ninguna clase y sin leer ningún libro, de una manera completamente intuitiva y con la pura asesoría de estos seres de Luz, René Mey aprendió solo a ponerse en posición de loto y a meditar. Con la práctica aprendió a quedarse más y más tiempo en meditación hasta llegar al nivel de la meditación profunda, es decir, como un Yogui de la India (por ejemplo, la meditación profunda o trascendental de la escuela de Maharishi), René Mey es capaz de quedarse así semanas sin que su cuerpo físico sienta las necesidades normales (dormir, comer, beber etc.).
Desde muy joven empezó a recibir a la gente y a ayudarlos, pero con el desarrollo espiritual que implica la meditación profunda y con los años, ha llegado hoy en día a entender mucho más lo que pasa con la gente que viene a consultas que a los 20 años cuando empezó a dar consultas.
Hablando de alto nivel de desarrollo espiritual, por ejemplo hoy en día, muchas personas en un camino espiritual logran viajar de manera astral, con su cuerpo etérico, pero son muy pocas en este planeta que logran rematerializarse en otro lugar. Como una partícula en la física cuántica, René Mey puede estar en diferentes lugares al mismo tiempo y sobre todo, que otras personas lo vean y platiquen con él. En Francia, hay testigos (como monjas en un monasterio) de su presencia aparentemente física en un lugar, mientras René Mey está en el mismo momento en loto en su jardín. Pero estos fenómenos paralelos no importan tanto, más importante es su motivación de ayudar a la gente y para qué va a venir a México. Antes de desarrollar esta parte, quisiera comentar otra etapa de su trayectoria.
Nunca en su vida René Mey se había interesado en el mundo material en general y menos en el mundo de los negocios y del dinero. Pero un día, estos seres de Luz lo obligaron a entrar con un solo objetivo : generar dinero para seguir ayudando a los demás en un nivel de mayor escala. Esta parte de su vida es muy interesante porque por un lado, se ve como se puede aplicar la espiritualidad al mundo material y en particular al mundo de los negocios, y por otro lado, uno puede darse cuenta que no es fácil lograr esto porque en el mundo de los negocios los objetivos en general son muy diferentes, no son altruistas y que uno de repente, sin darse cuenta puede tener muchos enemigos. Y eso es exactamente lo que le pasó a René Mey, sus negocios de bienes raíces tuvieron tanto éxito que en un momento ganó la envidia y los intereses personales de algunas personas hasta lograr meterlo en la cárcel en Francia por unos años. Pero a final de cuentas, fue nada más otra experiencia que el sabía debía pasar para aprender todavía más de la vida, del mundo actual, de sus peligros y prepararse a tener mucho más éxito en los negocios. Y fue exactamente lo que pasó cuando salió de la cárcel.
Hoy su negocio le permite viajar por el mundo y ayudar a la gente sin cobrarles, le permite construir dispensarios en lugares muy pobres donde todos los cuidados son gratuitos.
René Mey llega a México porque como siempre pasa, cuando viaja al extranjero, hay personas que lo invitan.  Para René Mey México es una Tierra de alta energía  y sobre todo de esperanza y fe, aprendió que todavía existían países como México, donde la espiritualidad siempre ha sido muy viva, donde no intentaban matar o perseguir a la espiritualidad. Por ejemplo, muchos mexicanos serían considerados como miembros de sectas en otros países del mundo (los que practican algunas formas de Yoga como el Yoga Kundalini, o que practican el Reiki o algún tipo de meditación, etc.).  Pero gracias a Dios, México es  un país abierto en todos los sentidos, desde su forma de abrir la puerta a una persona extranjera hasta la manera en que abren su corazón, la mayoría de la gente tiene una mente abierta, que es algo único de aquí y nada tiene que ver con otros lugares. René Mey llega a México porque quiere ayudar a los mexicanos, ama al mexicano con su mente abierta, pero como pasa en todas partes el mexicano se enfrenta a dolores, sufrimientos, problemas. Por eso las conferencias tienen un doble objetivo, en una primera parte se trata de explicar la espiritualidad, se trata también de mencionar dificultades típicas de México que tienen más posibilidades de mejorar que en otro país con menor apertura. Pero por supuesto como en cualquier lugar se trata sobre todo de ayudar a la gente en general, independientemente del origen o del tipo de problema.
Todas las personas son invitadas a las conferencias y consultas, no hay ningún perfil en particular, no hay ninguna selección, cada quien tiene sus problemas. Todos son bienvenidos, los adultos, los niños, los ricos, los pobres, la gente con buena salud, las personas enfermas, los mexicanos y los extranjeros que viven en este país, todos, sin ninguna distinción que sea por raza, religión, edad, discapacidad, riqueza, o cualquier otra cosa. Sus conferencias y sus consultas son acciones simplemente humanitarias.
 
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